Desempleo

La otra pandemia

Una crisis sin precedentes

El coronavirus trajo consigo la peor crisis económica mundial en más de un siglo. En un tiempo récord, empresas y trabajadores tuvieron que reinventarse y ajustarse a la nueva realidad. En este especial encontrará un análisis de las implicaciones de la covid-19 en la economía, así como testimonios del sector privado y los ciudadanos sobre un drama que está lejos de terminar.

Cuando las noticias del coronavirus comenzaron a aflorar a finales del 2019 desde Wuhan (China), pocos creían que sus efectos serían tan devastadores y pondrían en jaque a la economía mundial.

De hecho, solo algunos estimaban que el efecto podría afectar a algunos países asiáticos y, hasta cierto punto, otros europeos. Ahora, cuando el mundo completó un año desde que empezaron a multiplicarse los casos de covid-19, la pandemia sigue sin dar su brazo a torcer.

De acuerdo con el Centro de Investigación de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins, más de 55 millones de personas han contraído el virus, de los cuales 1,3 millones ha fallecido. Estados Unidos, Brasil e India lideran en ambos rankings, pero el impacto del coronavirus ha afectado sin distinción a todos los países del mundo.

La situación es tan crítica que entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mantienen prendidas las alertas por el duro coletazo de esta realidad en la economía global y lo que esto ha representado en millones de hogares.

Según las entidades multilaterales, el panorama mejoró en el último trimestre del 2020, al tiempo que la mayoría de gobiernos levantaron las medidas de confinamiento. De acuerdo con un recuento de la agencia AFP, en su momento, estas políticas llevaron a que 2.600 millones de personas se quedaran en sus casas a nivel mundial.

No obstante, tanto el virus como las medidas para contrarrestarlo generaron una hecatombe económica, que llevará a que el PIB mundial se contraiga 4,9% en 2020, de acuerdo con el FMI. La parálisis de buena parte de la población genera un coletazo directo en el menor consumo, al tiempo que el desempleo aumenta y esto se traducen en peores indicadores.

Todos los países se verán afectados y América Latina y Colombia no son la excepción. De hecho, las naciones de la región tuvieron un bajonazo en el número de ocupados.

Población ocupada en América Latina

Cifras del Observatorio Laboral del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confirman lo peor: América Latina perdió más de 25 millones de puestos de trabajo, de los cuales 4,6 millones fueron en Colombia. Si bien 3,7 millones se habían recuperado en el país por cuenta de la reactivación, con corte a octubre de 2020, el BID sostiene que cerca de un millón permanecían en la incertidumbre laboral.

La razón es simple y tiene que ver con el peor desempeño de las empresas. Cifras de la Superintendencia de Sociedades, con corte a septiembre, revelan que cerca de 1.000 empresas se sometieron a procesos de insolvencia. La cifra podría ser escalar hasta las 3.000 entre 2020 y 2021, debido a la crisis económica, según dicha entidad.

Detrás de estas cuentas hay millones de puestos de trabajo que no se recuperarán de la noche a la mañana y esto se traduce en menores ingresos para las familias y, por ende, mayor pobreza y hambre.

Es más, el centro de estudios Fedesarollo calcula que, al cierre de 2020, cerca de la mitad de la población colombiana estará por debajo de la línea de pobreza, es decir, apenas vivirán con $327.000 al mes.

"Tenemos que sentarnos a trabajar todos a producir ideas que nos conduzcan a la reactivación": Bruce Mac Master, presidente de la Andi

Este dato no es menor. Se trata de más de 20 millones de colombianos que engrosarían las filas de la pobreza, de los cuales el 10% estaría en la indigencia. Esto da cuenta de la necesidad de una reactivación plena y rápida, que, según expertos, deberá ir de la mano de la mayor creación de puestos de trabajo.

Para Bruce Mac Master, presidente de la Andi, la flexibilización laboral debe ser, sí o sí, uno de los ejes de la política laboral postcovid. Esto implicaría reformar la jornada laboral, las condiciones de contratación y la forma de cotización, entre otros aspectos.

"Hasta que no logremos recuperar los niveles que traíamos a finales del 2020, no habremos recuperado el tiempo perdido, los empleos y los ingresos de las familias (...). Tenemos que sentarnos a trabajar todos a producir ideas que nos conduzcan a la reactivación", dijo en un comunicado.

El debate no es nuevo. De tiempo para atrás, gremios y expertos laboralistas han señalado que el país requiere una reforma laboral, si se quiere superar las elevadas cifras de desempleo.

Tasa mensual de ocupación y desempleo en Colombia

No hay que olvidar que -según el Dane- cerca de la mitad de la población ocupada en el país es informal, con lo cual sus condiciones de empleo están lejos de ser dignas. Por esto, el debate sobre hasta dónde llegar en derechos laborales puede enredar las discusiones de una eventual reforma laboral, que podrían darse en el 2021. De acuerdo con lo acordado por el Gobierno en una cumbre en Hatogrande, Cundinamarca, esta iniciativa pasó a un segundo plano, por cuenta de la necesidad más urgente de tramitar una reforma fiscal.

En este punto entran a jugar las centrales obreras. En conjunto, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Confederación General del Trabajo (CGT) han señalado que las reformas que se plantean van en contravía de los trabajadores. Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, dice que el Gobierno ya comenzó el trámite de estos cambios, con la expedición del Piso Mínimo de Protección. Este mecanismo comenzará a regir desde marzo de 2021 y permitirá que trabajadores que ganan menos de un salario mínimo puedan cotizar a pensión.

Julio Roberto Gómez, presidente de la CGT, va más allá y afirma que ya demandaron la norma ante el Consejo de Estado, pero no se quedarán ahí. En un anuncio público, confirmó el retiro de los sindicatos de la Misión del Empleo, un grupo de expertos que definirán el futuro del mercado laboral colombiano, de cara a la reactivación.

"Vamos a suspender nuestra participación en la Misión del Empleo, por cuanto esta perdió su efecto de supervivencia": Julio Roberto Gómez, presidente de la CGT

Esta decisión, lejos de ser algo burocrático o administrativo, tiene implicaciones de mayor calado. Por ley, cualquier cambio en la política laboral colombiana debe tener el visto bueno de los empresarios, los sindicatos y el Gobierno, a través de la Mesa de Concertación de Política Salariales y Laborales.

Con esto en mente, el retiro de las centrales obreras de la Misión de Empleo da cuenta de que están en desacuerdo con los cambios allí propuestos y, por ende, no lo estarán cuando estos se discutan con todas las de la ley. Esto implicaría que la reforma no pueda avanzar, pues, por ley, cualquier ajuste al régimen laboral debe ser concertado entre patronos y trabajadores.

En medio de este panorama -que en lugar de aclararse, parece nublarse más-, miles de empresarios y ciudadanos intentan salir adelante y llevar alimentos a sus mesas. La situación, no obstante, no es sencilla. De acuerdo con el Dane, con corte a octubre, 1,8 millones de hogares estaban sin ingresos laborales, mientras que 1,2 millones pasaron de comer 3 a 2 comidas diarias.

Ocupados por posicion (millones de personas)

De otro lado, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) reveló que, en entre marzo y noviembre de 2020, los ingresos laborales que se perdieron por cuenta de la pandemia llegaron a $30 billones. Estos recursos representan las entradas de los ciudadanos por sus empleos.

Eso sí, los colombianos no se han resignado. Por un lado, las ayudas del Gobierno les han permitido mitigar el desplome en sus ingresos. De acuerdo con el Departamento de Prosperidad Social, en el país hay cinco programas de transferencias con los que se benefician a más de 8,5 millones de hogares y cuya inversión, en el marco de la emergencia por covid-19, supera los $7,8 billones.

Por otro lado, millones esperan volver al mercado laboral, pues, según el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, la mejor política de reactivación va de la mano con la recuperación del empleo.

En un comunicado de prensa, el titular de la cartera de Hacienda afirmó que "el Gobierno está comprometido con recuperar la senda de crecimiento antes de la llegada de la pandemia y la generación de empleo”. Esto lo planea lograr impulsando la inversión en infraestructura, vivienda, tecnología, transición energética, transformación digital del país y economía naranja, así como otras inversiones públicas.

"Hay que replantear la política social: no se trata solo darles limosnas a los pobres, sino de mejorar aspectos en salud y educación": Cecilia López, exdirectora de Planeación Nacional

En esta hoja de ruta, según han dicho gremios como la Andi, Acopi y Confecámaras, será fundamental la participación del sector privado. Datos del Ministerio de Trabajo y el Dane confirman que buena parte de los empresarios tuvieron que salir de trabajadores o enviarlos a licencias no remuneradas, con lo cual el plan de reactivación también necesitará un capítulo que mejore la demanda.

El reto no es sencillo, pero requiere de una acción rápida y contundente. Por un lado, los empresarios consideran que el Gobierno debe mantener los estímulos para la creación de empleos. Además, se comprometieron a generar más empleos, siempre y cuando se realicen cambios laborales, tributarios, fiscales, entre otros. Para lograrlo propusieron una 'Agenda Empresarial para la Reactivación', en la cual detallan los ajustes que creen necesarios para la reactivación.

Dicho círculo virtuoso permitirá darle un impulso a la economía, que se verá traducido en mejores condiciones sociales. Eso sí, expertos como Cecilia López, exdirectora de Planeación Nacional, señalan que el país necesita cambios normativos urgentes. "Hay que replantear la política social: no se trata solo darles limosnas a los pobres, sino de mejorar aspectos en salud y educación. Se debe ir más allá para realmente hacerle frente al aumento de la pobreza", explicó.

En su concepto, mantener las políticas actuales llevará a que millones de colombianos sigan sin trabajo y, por ende, que más del 50% de la población se quede en la pobreza. ¿Será posible cambiarlas? El 2021 podría traer la respuesta a esta y otras preguntas que siguen rondando el mercado laboral y la nueva normalidad de los colombianos.

Respuestas duras y rápidas

Cinco empresarios cuentan cómo le hicieron frente a la pandemia, la crisis y el desplome en las ventas. La protección de sus trabajadores fue clave para la supervivencia de miles de familias colombianas. Hablan Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia; Natalia Gutiérrez, gerente de Óptica Alemana; Carlos Arango, presidente de Constructora Bolívar; Bernardo Vargas, presidente de ISA y Munir Falah, presidente de Cine Colombia.

El doble drama

Millones de colombianos tuvieron que enfrentarse en 2020 con un doble drama: el coronavirus y el desempleo. Cuatro de ellos revelan cómo sobrevivieron sin trabajo y con la pandemia al rojo vivo.